En el cultivo del ajo, éste se reproduce a partir de él mismo, por lo que su semilla no es otra cosa que sus propios dientes.

Para obtener una buena siembra se deben seleccionar buena simiente, de buen tamaño.

El cultivo del ajo ha evolucionado poco a lo largo de los últimos tiempos, si bien, se han introducido maquinaria que ayudan en mucho esta ardua labor lo que es el cultivo en sí sigue la misma línea y los mismos patrones.

Se cultivan en otoño, entre octubre y noviembre. Se recomiendan para su siembra suelos húmedos pero con buen drenaje y mucho sol. Suelos fértiles.

No requiere de cuidados exigentes.

Cada diente posee una yema con capacidad de brotar y producir una nueva planta, genéticamente igual de la que procede. De ahí la importancia de una buena semilla.

Se recomienda desgranar pocos días antes de su siembra para que el diente no pierda la humedad que tenía cuando formaba bulbo.

Existen unos cuidados básicos, que son imprescindibles para que el ajo prospere y de lugar a una buena cosecha con bulbos sanos y grandes.

Aspectos claves

1 – DRENAJE

Es bueno que las tierras dónde se van a cultivar ajo tenga un buen drenaje que evite los encharcamientos. En tierras dónde hay un exceso de humedad conviene realizar pequeños surcos elevados. Sobre ellos se plantan los ajos de forma que, la base y las raíces quedan por encima del nivel de suelo.

2 – COMPETENCIA

Es importante quitar la vegetación que puede crecer de forma espontánea alrededor, ya que puede resultar competencia por los nutrientes y por el agua.

Por ello, es recomendable mantener el suelo desnudo. Y para obtener un suelo libre de vegetación lo recomendable es la escarda manual, que además de retirar las malas hierbas mantiene la tierra aireada.

Condiciones climatológicas que permiten un adecuado desarrollo del cultivo del ajo.

Los climas templados y climas mediterráneos favorecen su crecimiento.

La exposición al sol es muy valiosa para el desarrollo de la planta.

En la primera fase del cultivo es conveniente un clima frío con temperaturas que oscilen entre los 0ºC a los 15ºC.  Es una temperatura óptima para el desarrollo del proceso vegetativo y para la formación de los primeros brotes.

Una vez hayan aparecido los primeros brotes aguanta temperaturas superiores siempre que la tierra tenga una humedad constante.

Se debe evitar en la misma tierra el uso compartido o simultáneo con ciertas especies por ejemplo con las cebollas, espinacas o judías. Por lo es importante conocer cual ha sido el cultivo anterior de la tierra. No es conveniente tampoco plantar ajos después de arrancar una viña.

Para obtener un cultivo sano y con resultados de éxito los cultivo que lo pueden preceder son lechugas, col, pimentón, trigo o cebada.

 

Cooperativa Extremeña de Ajos de Aceuchal, S.C.

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