El Ajo Negro, no constituye una variedad de ajo natural. Si no que es el resultado de un proceso lento de fermentación natural del ajo, sin productos químicos. Es decir, no se añaden aditivos ni conservantes. La duración es de varias semanas. Dónde se fermenta a elevadas temperaturas y con unas condiciones de humedad específicas y constantes. Y sometido a este proceso desarrolla un color más oscuro, una textura más suave y un sabor más dulce. De hecho, el olor desaparece y su volumen disminuye.
Su origen lo situamos en Japón.
Esta variación del ajo natural tiene como características que no pica, no se repite, su textura interior es blanda casi gelatinosa y también el color negro intenso y el sabor es más dulce y agradable que el ajo común.
El ajo negro relaciona su sabor con el sabor “UMAMI”, palabra de origen japonés que engloba los sabores: dulce, salado, ácido y amargo. En otras palabras la definición de “UMAMI” es “sabor agradable, delicioso”. Es una palabra que viene de la combinación dos, de umai que significa delicioso y mi – sabor.
Se puede decir que las numerosas propiedades que posee el ajo común se ven potenciadas gracias al proceso de fermentación de ajo negro. En resumen, su valor nutricional se incrementa, ya que multiplica sus vitaminas, aminoácidos y oligoelementos.
El Ajo Negro es un alimento de excelente calidad, es decir, un superalimento con gran potencial nutritivo.
Su utilización es muy variada. Se usa tanto en la gastronomía como con fines terapéuticos. Ya que se ha descubierto que funciona muy bien para tratar numerosas dolencias.
Su coste es mayor que el ajo natural y es más escaso, aunque cada vez más empresas lo están introduciendo entre su catálogo de productos.