¿Quién dijo que el ajo es solo para cocinar? Ciertamente es un condimento natural que impregna nuestras comidas con un aroma y sabor particular; pero fuera de ella también es de gran utilidad por sus propiedades medicinales y otros secretos para resolver algunos inconvenientes en el hogar.

No se trata precisamente de ponerse un collar de ajos para alejar a los vampiros o espíritus malignos, tal como vemos en las películas, pero sí de aprovechar las bondades de este bulbo más allá de los guisos.

Seguro no sabías que durante la Primera Guerra Mundial el ajo era usado para limpiar las heridas de los soldados; en la actualidad se ha descubierto que tiene infinidades de beneficios, sobre todo cuando está crudo. Aquí te los presentamos.

 

  1. Fungicida efectivo. El agua de ajo es ideal para combatir el pie de atleta. La receta consiste en macerar algunos dientes en el líquido tibio y aplicar la preparación sobre la zona afectada.

 

  1. Acaba con las plagas. Agua, ajo y jabón se mezclan para fabricar un repelente que aleja las plagas de las plantas. También podemos rociarlo con un spray en flores y vegetales, pues no es un pesticida químico.

 

  1. Ayuda a adelgazar. Consumir ajo sirve para quemar calorías, debido a que emite al cerebro una señal de saciedad que acelera el metabolismo.

 

  1. Sana infecciones auditivas. Sus elementos antivirales acaban con los gérmenes que generan infecciones en el oído, reduciendo además de la inflamación, el dolor que causa. Funciona poner el ajo triturado directamente en la oreja, combinado con algún aceite natural para disimular el olor.

 

  1. Limpia el rostro de acné y puntos negros. Las propiedades antimicóticas contenidas en la alicina, combaten el acné. Crea una pasta machacando dientes de ajo crudo o mézclalos con vinagre blanco; cualquiera de estas preparaciones es colocada en la piel, dejándola trabajar cinco minutos. Luego lavamos con agua fría. Las partes rojas se achican, baja la inflamación y previene la aparición de marcas.

 

  1. Desparasitante tradicional. Las abuelitas saben mucho de esto, de hecho, si tuvieran que recomendar algún desparasitante, seguro el ajo destaca entre sus opciones. Nuevamente es por la alicina, porque sirve para eliminar bacterias y microorganismos.

 

  1. Reparador de sueño. Durante generaciones, el ajo se ha considerado un colaborador para dormir, especialmente por quienes les cuestas conciliar el sueño. Colocar un diente de ajo bajo la almohada, cura el insomnio. La explicación está en sus componentes sulfurosos que, además del aroma, causa un efecto relajante.

 

  1. Ataca problemas en la piel. Además de limpiar los barros y espinillas, aplicar en la piel el bulbo machacado, funciona para curar las picadas de mosquitos y la sarna.

 

  1. Mejora la apariencia del cabello. Aparte de minimizar la caída, hace que crezca más rápido. El ajo suprime las toxinas del cuero cabelludo, beneficia su textura, elimina la caspa y evita que vuelva. También regenera folículos pilosos y refuerza las raíces.

 

A tu champú de uso habitual añade un diente de ajo y en el acondicionador un poco de miel, para eliminar el olor; pero no lo uses más de tres veces por mes, ya que podría resecar el cuero cabelludo.

 

  1. Cura afecciones respiratorias. Una preparación de ajo macerado alivia la garganta irritada, tos, anginas y el malestar general producto de estas.

 

  1. Pega vidrios rotos. Si la rotura es ligera, frotando el jugo de un diente de ajo encima de las grietas y secando el exceso de líquido, lograremos unirlo. Se debe a que es un adhesivo natural. Aunque hay quienes reniegan de este efecto, nada perdemos con intentarlo.