Un antibiótico, es una sustancia química producida por un organismo vivo o derivado sintético; usado para tratar las infecciones producidas por bacterias y hongos. El uso inadecuado de los antibióticos, puede producir alteraciones en la flora bacteriana. Es por ello que se recomienda el ajo como uno de los mejores antibióticos naturales que existe, ya que su uso es tan efectivo como los fármacos, pero sin las dañinas consecuencias que éstos producen, en la flora intestinal benigna.

EL AJO COMO ANTIBIÓTICO

El ajo, es una planta perteneciente a la familia de las amarylidaceae, de especie allium sativum y del género allium al igual que la cebolla (allium cepa) y el puerro (allium ampeloprasum); que desde la antigüedad, se ha recomendado para tratar enfermedades en las que generalmente se usan antibióticos. Numerosos testimonios recomiendan El ajo como antibiótico  para tratar un gran número de enfermedades.

El ajo crudo, cuando es machacado o triturado libera un compuesto azufrado denominado alicina que al entrar en contacto con la cascara o corteza, se combina con la enzima alinasa para formar  alicina,  que se cree, es el responsable, de las propiedades del ajo como antibiótico. La alicina se destruye con el calor, es por ello que debe consumirse el ajo crudo para aprovechar mejor sus propiedades. La alicina es un compuesto inestable que pierde rápidamente su acción.

También se ha demostrado que el ajo, contiene vitamina C, vitamina B6,  Selenio y Manganeso;  además de calcio, hierro, fósforo, potasio y vitamina B1 en menor proporción; así como proteínas e hidratos de carbono en pequeñas cantidades y una cantidad muy baja de calorías. Por lo cual se considera un alimento con un alto valor nutritivo.

Entre las propiedades que se le atribuyen a el ajo como antibiótico y que contribuyen al alivio y cura de enfermedades, se encuentran:

1.-El ajo puede combatir Las gripes, resfriados comunes y afecciones de la garganta y los pulmones: en este caso se recomienda consumir un grano de ajo machacado todos los días como prevención. Algunos estudios demuestran que el consumo regular de suplementos de ajo, acorta la duración de los síntomas, y refuerza el sistema inmune de los pacientes, logrando una rápida mejoría. Al utilizar El ajo como antibiótico se combaten las bacterias y virus que causan la gripe, se desinflama la garganta y se descongestionan los bronquios.

2.-La alicina, es la responsable de los efectos antibióticos que se atribuyen al ajo. Se ha demostrado, su efecto eficaz, para curar infecciones producidas por Cándida álbicans, y algunas especies de Trichomonas, Escherichia coli, Staphilococcus aureus, Salmonella typhi, S. paratyphi, Shigella dysenteriae  y Vibrio cholerae.

3.-El ajo elimina los hongos de las uñas y de la piel: El ajo como antibiótico es usado para eliminar los molestos hongos de las uñas y de la piel. Esto puede ser debido a su alto poder antiséptico; para una eficaz aplicación, se machacan tres dientes de ajo y se dejan macerar en aceite de oliva virgen durante una semana, luego se aplica este aceite, en la zona afectada, dos veces al día, hasta que el hongo haya desaparecido por completo.

4.-Se considera que el ajo tiene un gran poder anticancerígeno: El ajo como antibiótico propicia la destrucción de las bacterias que causan los tumores. La alicina estimula el sistema inmune, incrementando el número de macrófagos y linfocitos que destruyen las células cancerosas. El ajo, es un potente antibiótico natural que no mata las bacterias buenas del cuerpo, como si lo hacen, los antibióticos sintéticos farmacológicos.

Una de las tantas maneras en las que se puede usar El ajo como antibiótico, es la siguiente: se cogen cinco o seis dientes de ajo y una cebolla mediana, se majan bien hasta formar una pasta, se le añade el jugo de uno o dos limones, un poco de agua, y se toma. Es un remedio eficaz en el tratamiento de procesos infecciosos respiratorios.

Otras de las propiedades atribuidas a la alicina presente en el ajo, son las siguientes: como agente hipoglucémico, esto significa que posee un efecto tolerante a la insulina; tiene propiedades antioxidantes, por lo cual elimina los radicales libres que promueven el envejecimiento celular; es muy eficaz en la prevención de la hipertensión. En altas dosis, es coadyuvante en la eliminación de metales pesados del organismo. Se ha demostrado que tiene un efecto hipolipemiante, es decir, que puede eliminar lípidos del torrente sanguíneo, lo que contribuye a disminuir los niveles de colesterol malo.

La capacidad que tiene la alicina, para eliminar lípidos de la sangre, es tan importante, que esa sola acción, contribuye a eliminar peso, a bajar la presión alta y a disminuir los riesgos de enfermedades  tales  como infartos o  accidentes cardiovasculares (ACV).

Es importante destacar que aun cuando el ajo pelado es altamente beneficioso para el organismo humano, su consumo, debe ser moderado, ya que su exceso puede provocar irritación de las mucosas, del esófago y del estómago; irritación de las vías urinarias, hipotensión y taquicardias. Para que el tratamiento con ajo, resulte altamente efectivo éste debe consumirse crudo; debe prensarse y exponerse al aire durante diez minutos antes de tomarse, para activar su capacidad antibiótica.

Entre los inconvenientes de usar ajo como antibiótico, en el tratamiento de las enfermedades aquí descritas, se encuentra el desagradable aliento que produce la ingesta de ajo crudo; para contrarrestarlo, es conveniente masticar un poco de hojas de menta o de perejil, y asunto solucionado.